sábado, 20 de diciembre de 2008

Broken - Sonata Arctica

Nací de una semilla imperfecta, crecí para ser una mala hierba.
Siempre más rápido el tiempo me sobrepasa, cada vez más difícil acordarme... de ti. 

Sujetaba una antorcha por ti, cuando el rayo me golpeó, una vez más, esperaba morir por última vez. Solo una cosa tengo mejor que tu, una pequeña luz en el cielo, cada noche.

Rocío en el campo, donde te conocí.
Estuve congelado un año, no podía atravesarlo.
Tengo una marca, no una cicatriz, en mi hombro, no soy del todo el hombre que piensas

Te enamoraste de la debilidad de mi interior.
Trataste de ponerme un anillo y poseerme.
Supongo que encontraste lo que pensabas que me complacería, una pequeña versión de mí para consumirte.
Te lo habría dado todo de mí, te seguiría a través del jardín del olvido.
Si tan solo pudiera contártelo todo, las pequeñas cosas que nunca te atreviste a preguntarme...

¿Realmente me conoces? Podría ser un Dios.
Muéstrame lo que te preocupa y llora.
¿Cómo me ves?... ¿Cómo el único?
¿Puedes ver mi sangre cuando estoy sangrando?
¿Cómo puedes amar este exilio?, ¿Y como puedo yo desearte?
Cuando mi dolor es mi dolor y el tuyo también... 

En esta mortal noche de invierno, la oscuridad se convirtió en este niño.
Bendice esta noche con una lágrima. Porque no tengo nada que temer.

Siete vidas de un hombre, pasaron antes que yo.
Siete tumbas, una por cada amor que tuve.
Solo una vez tuve roto mi así llamado corazón.
Solo una me hizo ver por que lloraban.

¿Aprenderé como ser uno de vosotros algún día?
¿Sentiré todavía los ojos que me contemplan?
¿Escucharé lo que piensas, cuando me ves?
Me hará llorar si sientes algo por mí. 

Te lo habría dado todo de mí, te seguiría a través del jardín del olvido.
Si tan solo pudiera contártelo todo, las pequeñas cosas que nunca te atreviste a preguntarme.

¿Realmente me conoces? Podría ser un Dios.
Muéstrame lo que te preocupa, y llora.
¿Cómo me ves?... ¿Cómo el único?
¿Puedes ver mi sangre cuando estoy sangrando?
¿Cómo puedes amar este exilio?, ¿Y como puedo yo desearte?
Cuando mi dolor es mi dolor y el tuyo también.

En esta mortal noche de invierno, la oscuridad se convirtió en este niño.
Bendice esta noche con una lágrima. Porque no tengo nada que temer.

Un poco roto, siempre lo estuve, una parte de ti me pertenece.
Nunca fuiste mía para amar, pero todo eso lo hacía fácil para mí.

Plumas ardiendo, no un ángel, el Cielo está cerrado, el Infierno, agotado.
Así que camino sobre la tierra, tras las cortinas, escondido de todos,
hasta que encuentre una nueva vida que volver a arruinar.

En esta mortal noche de invierno, la oscuridad se convirtió en este niño.
Bendice esta noche con una lágrima. Porque no tengo nada que temer.

En esta mortal noche de invierno, la oscuridad se convirtió en este niño.
Bendice esta noche con una lágrima. Porque no tengo nada que temer.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Cambios progresivos

Y sin motivo aparente tengo lágrimas en los ojos. Recorren mis mejillas, caen, se pierden en la oscuridad. Y el cielo llora conmigo, tibias gotas de agua se esparcen sobre mi, como intentando abrazarme...

Él, sentado al final del tejado, mira sin ver como su ciudad interior es ahogada por el agua.
Distraído con el fluir de sus pensamientos, envidia a unos y maldice a otros. Y exhala, suspira... Pues él, que se creía ajeno a las emociones, él, la fría serpiente, se ha encariñado...

Nunca había pasado por ello, creía que las emociones nunca se habían hecho un hueco en él, porque no era humano, pero se equivocaba, y ahora sufre. Sufre, pues la destinataria de sus pensamientos se le asemeja inalcanzable. Ella, tan perfecta, como robada de sus sueños, es el reflejo de todo lo que desea y de todo lo que alguna vez ha buscado.

Sufre pues teme estarse aferrando a la falsa idea de ella, que en sus sueños puede haber ido alimentando.
Sufre porque no sabe cómo tratarla.
Sufre porque piensa que cada uno de sus movimientos le hacen perder su interés en él.
Si hace falta se batirá en un duelo a muerte con Destino, si eso le da una mínima oportunidad.
Sufre... y sufre desde hace ya tiempo. Tiempo atrás, cuando la conoció, únicamente se maravillaba de su infinita belleza. Más tarde creyó que se trataba de un capricho.

Por fortuna no todo en él es dolor, pues ha hallado placer en el sufrimiento, el placer de sentir nuevas emociones. Y así, mientras sus pensamientos discurren hacia otro más luminosos, se percata de que la lluvia ha ido disminuyendo hasta extinguirse, pero todavía no hay sol, pues nunca amanece en su ciudad interior.

Se levanta y extiende sus negras alas, pues en este mundo, su mundo, puede cambiar su aspecto y mostrarse como verdaderamente es. Así que alza su cabeza, cierra los ojos, y de nuevo comienza a llover. Adora la lluvia, lo acompaña, siente que lo purifica, y se adapta a su cambiante estado de ánimo. Dedica una mirada al bello paisaje que es su oscura ciudad y luego salta.
Y volando se pierde en la inmensidad de la noche, con su nombre todavía sonando en su cabeza, mientras le dedica un último pensamiento, "te deseo", piensa, mientras deja que su cuerpo y sus instintos tomen el control.