jueves, 29 de enero de 2009

Muerto

Muerto. Así se siente, eso es lo que ocurre, los sentimientos se desvanecen. El viento se los lleva, como a las hojas de otoño.

¿Muerto? No, en realidad moribundo, sus anteriores sentimientos han quedado reducidos a casi nada, substituidos por el vacío de una vida monótona, algunas veces ocupado por pequeños momentos de alegría.

Su alma se lamenta, se entristece por la carencia de esas sensaciones que tan feliz y derrotado le hacían sentir al mismo tiempo.

Ahora acaba de cambiar de entorno. Se marchó a otro lugar, aunque fue decisión suya, sabía que no era la correcta. La gente de este nuevo lugar se muestra afable con él, no son prejuiciosos, como él.

Tiene miedo. Miedo de perder a sus amigos, que no seguirán sus pasos y se irán lejos. Miedo de que quizás aquí alguien encuentre el sendero que, oculto entre zarzas, y tras una larga y difícil caminata, lleva directo a su corazón. Seguro que, de ocurrir, esa persona no sería, ni por asomo, mínimamente parecida a la que realmente desea, y la idea le aterra.

En su oscura ciudad interior, el bastión de su mente, donde la lluvia no cesa, y el sol teme presentarse, Kroenen contempla. Algunos dirían que no hace otra cosa. Se equivocan. Es lo único que le gusta hacer mientras medita. Le gusta la soledad, le gusta contemplar los edificios bajo el cielo gris oscuro. Y la lluvia lo relaja, mientras su abrazo lo aísla del exterior, centrándolo en sus pensamientos. Así es como le gusta estar cuando piensa. Nunca fue un hombre de acción. Es reservado. No habla mucho, pues todas las ganas de discusión que pueda albergar las apacigua hablando con su interior, el que es su otro yo.

Sabe que las personas se ganan con palabras, pero nunca encuentra las adecuadas. Palabras audaces con las que responder a comentarios ingeniosos. Y cuando conversa responde muchas veces con sarcasmos, o cortantes réplicas. Y los recién conocidos lo tratan con afecto, casándole dudas.

¿Es una falsa bondad? ¿O quizás apenan de él?

Tal vez crean que se trate de alguien tímido, con el que haya que mostrarse amable, para que se abra a los demás.

Que poco lo conocen...

Él es muy selecto, y pocos se ganan su confianza, menos aún, su aprecio.

"Porque soy todo lo que ves,
Pero no ves todo lo que soy.
Porque nadie ha llegado a conocerme realmente,
¿Crees que eres diferente?"