Es lo genial del Otoño, llueve, pero aún no hace el frío del invierno, como en primavera.
Estar en la cama, arropado entre las mantas, mientras escuchas el relajante golpear de las gotas de agua contra la ventana. Contemplar la lluvia cayendo sobre la ciudad, oscurecida por nubes grises.
Caminar bajo la lluvia. Sólos tu, la lluvia y tus pensamientos. Puedes reflexionar, pensar en ti y llegar a entenderte. Solucionar tus asuntos y salir fortalecido.
Puedes relajarte o puedes deprimirte....
De ti depende...
Los días lluviosos son un regalo para el alma.
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